Al depósito controlado de Ibiza le quedan como máximo ocho años de vida.

Fuente: IB3 notícies

Al depósito controlado de Can na Putxa, conocido como “l’abocador d’Eivissa”, le quedan solo entre cinco y ocho años de vida. Se están haciendo las obras para condicionar ya la última celda y cuando se llena se tendrá que buscar una alternativa. El Consell d’Eivissa todavía no ha decidido alternativas, pero una de las posibilidades es construir una planta incineradora de residuos que genere energía eléctrica. Otras alternativas son enviar los residuos en Mallorca o ampliar el vertedero.

El alargamiento de la vida del vertedero depende en buena medida del reciclaje. Por eso, se inauguró, hace un año y medio, la planta de triaje, que ha permitido reducir en un 60% la entrada de residuos en el vertedero. Allí se separan los residuos con un moderno sistema de visión artificial, en otros equipos, con el objetivo de obtener el máximo valor posible para estos subproductos, y evitar que acaben en el depósito controlado.

En la planta también se produce biogás con los lodos de depuradora y la materia orgánica del contenedor marrón, que genera energía eléctrica para alimentar las instalaciones. El excedente de energía se inyecta a la red eléctrica de Ibiza, como energía renovable. También se obtiene compost, como subproducto final del tratamiento de la materia orgánica, que está en proceso de análisis y registro previo a poder usarlo en los campos de Ibiza.

El objetivo que marca Europa es que solo el 10 por ciento del basuras acabe en vertedero al 2030, pese que ahora llega un 40 por cien. A pesar de que los ciudadanos reciclan cada vez más, todavía no es suficiente y falta mucha concienciación. Incluso son muchos los que aun depositan residuos peligrosos en el contenedor gris. El año pasado se produjeron varios incendios por bengalas. Otro residuo que se ha detectado recientemente son botellas de óxido nitroso, el gas de la risa, en grandes volúmenes.

Con la llegada de la temporada se duplican las toneladas mensuales de basuras de contenedor gris, de 4.500 a 9.000 y se incrementan los envases, como por ejemplo las latas de cerveza. Un ejemplo que demuestra que por los residuos se puede conocer cómo es la sociedad que los genera.

Podemos gestionar los residuos de la mejor manera posible, pero el objetivo principal seguirá siendo reducir la cantidad de residuos que producimos por habitante, y sobre todo aquellos residuos que no se pueden reciclar.

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